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Boecillo y sus bienes inmateriales

Boecillo es un pueblo que tuvo una gran cultura vitivinícola a cuya regresión, tomó el testigo otra cultura, la tecnológica con su Parque. La fiesta mayor se celebra en advocación a “Nuestra Señora de La Salve” el día 8 de septiembre, que continúa con un rito el dos de febrero con la celebración de “Las Candelas”. La Virgen de la Salve tiene una cofradía fundada en 1772 de la que se conservan documentos en la Iglesia Parroquial y en manos de los cofrades. Son días en los que todo gira en torno a las peñas, verbenas y espectaculares encierros. “San Cristóbal”, el 10 de julio. Otras de las celebraciones que han gozado de tradición son la celebración de las Águedas y San José, con sus respectivas cofradías.

Poco a poco, se han ido incorporando otro tipo de fiestas y eventos como la Cabalgata de Reyes, un Carnaval lleno de actividades, al igual que la Feria de Artesanía, evento que congrega a los mejores artesanos de la provincia de Valladolid. En ella, se intentan recopilar todos aquellos oficios que a día de hoy están en peligro de extinción. Buena prueba de ello es ver cómo en Boecillo se ha hecho durante toda la vida su famoso pan, artículos de cerámica o piezas de cestería, entre otras.
Boecillo cuenta también con festivales veraniegos de Folk y Jazz, una variada oferta de Teatro durante todo el año, con un ciclo de Teatro Infantil que ya va por su 9ª edición y el teatro para adultos que cada día va aumentando en asistentes. Unos premios, los “Bueyecillo”, que, con diferentes categorías, homenajean a los boecillanos más destacados en el año.
Cabe destacar la Recreación Histórica de la llegada del Duque de Wellington en 1812. Este hecho aconteció en el Colegio de los Escoceses, un edificio con tres historias: la Guerra de la Independencia con la llegada en tres ocasiones del Duque de Wellington, los Escoceses Católicos que veraneaban en la “Casa Grande” y, algo relativamente desconocido como la introducción del fútbol en España.
Por otro lado, se celebran unas Jornadas Micológicas, dada la alta riqueza de setas de la localidad, realizando de forma paralela la única Fiesta de Exaltación del Níscalo de Castilla y León. Cabe destacar, en primavera, sus Jornadas Medioambientales, con diferentes actividades en torno a la naturaleza. Con gran riqueza de pinares, estas especies fueron las que ocuparon muchas de aquellas partes que ocupaban los viñedos, un cultivo que inundaba la localidad y “culpable” de que se hiciesen sus famosos claretes. De ahí la existencia de sus Bodegas, algunas muy antiguas que luego fueron reconvertidas a negocios de hostelería. Las bodegas, originarias de los siglos XIII y XIV, fueron numerosas y son testimonio de la gran actividad que en torno a la vid reinó en el pueblo. En un principio eran de uso particular, allí se elaboraba el vino que se conservaba en toneles de madera y artesanales cubas. Años posteriores, la mayoría se reestructuraron y modernizaron, para convertirse en afamados restaurantes que han contribuido a dar más prestigio al municipio; todos ellos han transmitido magistralmente de generación en generación esa cultura gastronómica tan famosa de la provincia de Valladolid, donde cómo no, destacan los asados de lechazo. Todo un paseo en un pueblo con un claro estilo neomudéjar en su pequeño casco histórico, en el que también destacamos el poseer, con los pueblos vecinos de La Pedraja y Aldeamayor, del “Raso de Portillo”, una ganadería con bravura, historia y grandeza y que es la más antigua de España.
www.boecillo.es

 

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