Ilustres de Valladolid III (Felipe II) -

Aires de realeza llegan de la mano de Vive Disfrutando, el personaje ilustre protagonista de la revista, es el monarca más universal de la historia, nació entre lujosas comitivas y su llegada fue solemnizada con extraordinarias fiestas. Conocido como el “Rey Prudente”, Felipe II es hijo predilecto de nuestra ciudad, y su escultura nos acompaña en la Plaza de San Pablo.
El 21 de Mayo de 1527 nació en Valladolid el príncipe D. Felipe de Austria, hijo de Carlos I de España y de Isabel de Portugal. Ríos de tinta han corrido sobre el amor mutuo que se profesaban sus padres, y sobre él, sus gustos refinados, su entusiasmo por el coleccionismo, su monótona dieta, la obsesión por su higiene personal, su dedicación concienzuda al trabajo, y las frías y distantes relaciones que mantuvo con sus cuatro esposas. Sin duda ha sido una figura muy discutida, alabado por sus defensores, cruelmente denostado por los críticos, y considerado por unos y otros el monarca más trabajador de la historia.
Vivió tiempo difíciles, demasiadas guerras para una vida, demasiados viajes. Es popular el dicho de que en sus vastos dominios no se ponía el sol. Felipe II, como un rey de leyenda, se interesaba por las demandas de sus súbditos, en sus viajes se mezclaba con la gente del pueblo y escuchaba las peticiones de los humildes; pero los españoles de su época no le mostraron mucha simpatía debido a su seriedad excesiva.
Fue un rey misterioso y solitario, se negó a la publicación de biografías en vida, y ordenó destruir parte de su correspondencia. Odiaba la adulación, era austero en el vestir y mostraba querencia por la ropa negra. Prefería la sencillez de trato en la intimidad, y prohibía que le llamaran “Majestad”. Era reservado, tímido y dado a una excesiva reflexión. Sobre él comentó uno de sus secretarios: “Hablaba en un tono de voz muy bajo, y su sonrisa afilada cortaba como una espada”.
Los vallisoletanos le estamos agradecidos porque en 1597 concedió a nuestra villa el título de ciudad.